Crean una silla de ruedas que podrá controlarse con la mente 

Un grupo de jóvenes universitario crearon un prototipo de silla de ruedas para personas parapléjicas o cuadripléjicas con el fin de que sus usuarios puedan controlarla con su mente.

Basta con que la persona que usa la silla piense en un color para que esta se mueva. La diadema, colocada en la frente del usuario, permite reconocer y recopilar la información generada por el cerebro, para luego enviarla a una pequeña computadora que procesará los datos y emitirá las órdenes para la silla.

Carlos Abad, un joven de 25 años de la Facultad de Ingeniería en Telecomunicaciones de la Universidad de las Américas (UDLA), contó a EFE que la idea de fabricar esta silla surgió de una experiencia personal. Abad sufrió una lesión de pantorrilla y en su recuperación pensó cómo sería su vida sin poder moverse: “Lo primero que se me ocurrió fue que no quisiera ser una carga para ninguna persona”, dijo. Su propósito es que la silla permita dar cierta autonomía a quienes padecen algún tipo de discapacidad que les impide movilizarse.

La silla sigue las órdenes telemáticas de su usuario de forma casi inmediata, según Abad: “Tiene un retardo de un segundo exactamente en recibir y enviar la información”. Además, explicó que el prototipo se diferencia de otros similares por cómo la computadora procesa los comandos o señales que permiten que la silla se mueva. El usuario debe pensar en ciertos colores para que el aparato avance hacia adelante, atrás, derecha e izquierda, y no solo a dos lados, precisa Abad.

Para que la silla sea apta para el usuario, se requiere el entrenamiento de este para que pueda concentrarse en pensar el color definido en el algoritmo para que pueda desplazar la silla de ruedas.

Según recoge la agencia EFE, “la silla muestra la versatilidad de las interfaces BCI (Brain Control Interface) para generar nuevas tecnologías cuando son controladas por un microprocesador como Arduino”.

Para la fabricación del prototipo, los universitarios utilizaron un sistema de automatización que está diseñado con sensores MPU-6050 (acelerómetro), HCSR04 (ultrasónico), HC-05 (Bluetooth), y un módulo TGAM (ThinkGear Asic Module-BCI). Según señala Abad, esta tecnología no es nueva porque ya “se usa en videojuegos, para proyectos o prototipos, pero recién se está implementando con funcionalidades útiles”.

El prototipo busca mejorar el estilo de vida de las personas parapléjicas o cuadripléjicas. El desarrollo de esta silla tomó un año y, según los universitarios, su fabricación es de bajo costo. Para elaborar el controlador y la diadema, los jóvenes estudiantes solo invirtieron USD 200.

De acuerdo con Abad, el controlador tuvo un costo de USD 20. Sin embargo, ese es el precio de venta al menor. Si se obtiene esa pieza como mayorista, el valor sería de USD 5. Si al controlador y la diadema se le agrega la silla, Abad asegura que “un diseño económico podríamos hacerlo por USD 500 ”.

Todo el aparato de movilización pesa cerca de 50 kilos. Entre las mejoras del prototipo está el uso de materiales más livianos.

Para elaborar la silla completa, con controlador y diadema, los universitarios tardarían un mes. Esto porque, según explica Abad, lograron superar la fase más difícil: desarrollar un algortimo estable. Para avanzar con el proyecto, los jóvenes necesitan USD 3.000.

Abad indica que el equipo tratará de invertir, aunque sea de sus ahorros, para manetener el proyecto: “No pensamos dejarlo en proyecto porque pusimos mucho esfuerzo tanto en conocimientos como en investigación. Queremos realizarlo quizás poquito a poquito así sea con nuestro propios ahorros”, indicó a EFE.

Para Carlos Carrión, docente de la carrera de Telecomunicaciones en la UDLA, la ventaja del prototipo elaborado por los universitarios es el uso de hardware libre, porque ayuda a reducir costos y permite las modificaciones.

Otra de las facilidades del proyecto de los universitarios es que su prototipo es de fácil adaptabilidad. Por ejemplo, podrían adaptar el control y la diadema a la silla de ruedas que ya tenga un paciente. “Es un proyecto que da para muchas cosas y para seguir experimentando. Se necesitaría ver la posibilidad de invertir en motores que sean más potentes y tengan un menor consumo de energía”, dijo Carrión, quien anotó que el prototipo no busca enriquecer a sus fabricadores: La filosofía es “no lucrar porque una persona con estos problemas, económicamente ya es afectada”, aseguró Carrión a EFE.

Los universitarios aún trabajan en mejorar la seguridad del prototipo para iniciar las pruebas con personas que padezcan problemas de movilidad. Incluso analizan la instalación de sensores que puedan frenar automáticamente la silla para evitar accidentes cuando esta se encuentre en una pendiente, por ejemplo.

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